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TRAMA
The Great Council
Baelon era amado por el pueblo llano. Lo heredó de sus padres, el rey Jahaerys I y la reina Alysanne, quienes durante cincuenta años convencieron a los Siete Reinos que eran mejores que sus antepasados, y que el amor que se profesaban el uno al otro era real y válido bajo las bases de la cultura de Valyria. Jahaerys era conocido como el Sabio y su hijo no se quedaba atrás.

Baelon el Valeroso había demostrado sus proezas en el campo de batalla. Tras la triste muerte de su hermano Aemon en Tarth, el rey decidió nombrarlo Mano del Rey y futuro heredero del trono. Baelon no decepcionó, rodeándose de leales consejeros que le acompañarían al trono cuando sucediera a su padre.

Pero a Jahaerys también le llamaban el Viejo Rey, el cual continuaba sobreviviendo mientras sus descendientes perecían. Un año antes había fallecido la bondadosa reina y, en el año 101 d.C., le llegó el turno a Baelon, el último hijo en fallecer de los trece que Jahaerys y Alysanne habían tenido, claramente sin contar a Saera, quien a ojos de su padre estaba muerta, ni a Vaegon, que se había convertido en Archimaestre. Sin familia directa, y sin su más confidente, el Septón Barth, que había fallecido hace unos años, el Conciliador se encontraba en una encrucijada. ¿Quién iba a heredar el Trono de Hierro?

Por eso Vaegon fue convocado a Desembarco del Rey, y tras días de conversación, sin tomar en cuenta la opinión de la nueva Mano del Rey, Otto Hightower, Jahaerys tomó una decisión definitiva: convocar un Gran Consejo que decidiría el futuro de Poniente, aceptando la decisión que el consejo tomará.

Ese mismo día, cuervos partieron de la Fortaleza Roja a los Siete Reinos, invitando a todos los señores, maestres y miembros de la Fe de Poniente para tomar una decisión, así como también dando la oportunidad a cualquiera de sus descendientes de reclamar el trono.

Con los mensajes enviados, la Fortaleza Roja está terminando las preparaciones para recibir al consejo. Ahora todo está en vuestras manos.

Las casas grandes se quedan en la Fortaleza Roja, y las demás entre Desembarco del Rey (que ya no está tan lleno debido a la plaga de Shivers que hubo, y el resto en Hayford, a dos horas en caballo en la Rosby Road.

SOCIEDAD
Sociedad
Aunque la vida actual en Poniente tiene como origen la llegada de Aegon el Conquistador hace poco más de cien años, tanto su historia como la historia de las familias de Poniente se remonta a hace miles de años, y muchas de estas han prevalecido con el tiempo y los cambios. Debido a que puede ser difícil encontrar todas, hemos decidido hacer una lista reuniendo varias leyes y costumbres para que puedan sumergir a su personaje más en el día a día de Poniente.

Costumbres
Es tradición de los Primeros Hombres mirar a los ojos del individuo y escuchar sus últimas palabras antes de dictar la sentencia, y debería ser quien dicte la sentencia el que blanda la espada. En el sur esta práctica no se sigue, razón por la que suelen tener un verdugo para que haga el trabajo.

Una tradición de los Primeros Hombres es el el derecho de hospitalidad, o coloquialmente, el pan y la sal. Esta tradición dota de protección al invitado durante su estancia en el castillo en el que esté después de haber comido o bebido bajo el techo de su anfitrión. A su vez, prohíben al invitado a alzar armas contra su anfitrión, pues el quebrantamiento de esta ley incurriría en la ira de los dioses, nuevos y antiguos. A su ida, es tradición que el anfitrión entregue "regalos de huésped" a sus invitados, y viceversa, como término del derecho de hospitalidad.

Es normal, dentro de la nobleza, que los hijos de un Señor sean pupilos entre la edad de 8/9 años hasta la mayoría de edad, sirviendo como escuderos. Algunos pupilos son tomados como rehenes políticos para asegurar la lealtad de sus padres, aunque son tratados como uno más.

Leyes
Junto al Septón Barth y el resto de sus consejeros, durante sus años en el trono, el rey Jaehaerys I Targaryen ha establecido un Gran Código de Leyes, con el objetivo de unificar a Poniente bajo un sistema judicial organizado.

La autoridad del Rey proviene de los dioses, tanto de los nuevos como los antiguos. El Rey tiene la potestad de perdonar a cualquier criminal.

El señor de una región tiene la autoridad sobre esta y puede aplicar la justicia del Rey en su nombre. Es su obligación mantener la paz, escuchar las peticiones del pueblo e impartir tanto justicia como castigo.

Ante la ley, los hombres tienen más derechos que las mujeres (a excepción de Dorne, en donde el género no importa, pero sí la edad).

Existe una Ley de Sucesiones dentro de las familias nobles. Los hijos primogénitos son los herederos legítimos, seguidos de sus hermanos menores. Las hijas solo tienen la posibilidad de heredad en caso de que no existan hijos para hacerlo, ignorando el orden de nacimiento. A falta de hijos, pasará al hombre más cercano en el árbol genealógico. Los bastardos pueden ser reconocidos por sus padres en casos excepcionales. No obstante, a menos que no exista más herederos, mantendrán el apellido bastardo con el que han nacido.

Los castigos para los criminales incluyen: mutilación (para los ladrones o violadores), azotes, muerte, y el despojo de tierras, riquezas y títulos; aunque, por lo general, el castigo más conocido es "tomar el negro," en donde están obligados a unirse a la Guardia de la Noche. En este caso, todos los crímenes y pecados son perdonados pero, a su vez, el individuo debe renunciar a todas sus tierras y derechos, prestando el juramento eterno a la Hermandad de la Guardia de la Noche. Las mujeres no pueden tomar el negro.

El Derecho de Pozo y Horca le otorga la autoridad a los Señores de encarcelar o ejecutar prisioneros en caso el crimen lo amerite. Hay tres formas de realizar una ejecución: con la horca, con el hacha o espada de un verdugo, o, con una jaula colgante (jaula de hierro forjado con el tamaño justo para un hombre en donde la víctima es encarcelada sin comida ni agua hasta su muerte, donde a menudo cuervos descienden para picotear la carne de la víctima a través de los barrotes).

La mayoría de edad está establecida en los 18 años. No obstante, la nobleza puede contraer matrimonio con niños antes de esta edad, muchas veces por razones políticas, aunque los votos matrimoniales no suelen decirse hasta la mayoría de edad (aunque no está prohibido).

Existen diferentes tipos de juicios específicos para la nobleza dado su estatus y los derechos que estos poseen:

En un juicio de la corona o por el señor, tanto el acusado como los testigos juran honestidad ante los Siete antes de dar sus testimonios. Los jueces, un compendio entre el Señor de la región y sus consejeros, debatirán hasta llegar a una decisión.

Un juicio por combate puede pedirse antes o durante un juicio, en donde el acusado y el acusador piden a los dioses que decidan sobre ellos. Este juicio no es solo un derecho de la nobleza, sino también de los caballeros, pudiendo decidir si tanto el acusado como el acusador combaten entre ellos, o si eligen a un campeón para luchar por ellos. Termina cuando una de las partes muere, el acusador retira su acusación, o si el acusado se declara culpable.

Existe una variación, el juicio de Siete relacionada con la Fe de los Siete, en donde cada parte luchará con siete campeones en cada lado, de forma que los dioses honrarían el juicio con mejor justicia. Si el acusado no encuentra a otros seis campeones que le acompañen, o es asesinado durante el juicio, este acaba y el acusado es encontrado culpable. Si un matrimonio no ha sido consumado, el contrato matrimonial puede anularse.